Seguir una buena dieta es especialmente importante para conseguir que nuestra salud sea adecuada. Aportar los nutrientes que necesitamos en la proporción correcta es fundamental para que no enfermemos.
Pero, ¿qué alimentos deben componer esta buena dieta? Los expertos en nutrición son muy claros en su planteamiento y señalan el equilibrio y la variedad como ejes del éxito. Y es que ningún alimento proporciona, por sí solo los más de cuarenta nutrientes diferentes que nuestro cuerpo necesita.
Hidratos de carbono presentes en toda buena dieta
Los encontramos en las pastas, los arroces, las patatas, los cereales y sus derivados como el pan.
Deben suponer la base de nuestra alimentación, pues aportan calorías suficientes y de consumo rápido. Si, además, seleccionamos las variedades integrales estaremos multiplicando notablemente el aporte de fibra a nuestro cuerpo y conseguiremos mejoras en la circulación sanguínea y en el tránsito intestinal.
Frutas y verduras tan importantes en una dieta adecuada
Las frutas y las verduras deben consumirse a diario. Los especialistas recomiendan la ingesta de cinco piezas de fruta o verdura diarias, pero pueden ser más.
Con este tipo de alimento nos aseguramos también las vitaminas que nuestro organismo requiere y podemos controlar nuestro peso manteniéndonos en unos parámetros adecuados a nuestra altura y edad. Esto se debe a que son alimentos que contienen pocas calorías y que crean una sensación de saciedad en quien los consume.
Raciones pequeñas y más comidas al día
En una correcta dieta no es bueno saltarse ninguna comida o eliminar taxativamente un alimento si nos gusta. Una buena dieta es aquella en la que las raciones que ingerimos son pequeñas y las tomemos varias veces al día. Es decir, es mucho mejor que hagamos cinco comidas pequeñas que tres de grandes raciones. El funcionamiento de nuestro aparato digestivo será más adecuado y la reserva energética será más equilibrada.
En este reparto de raciones debe primar el equilibrio. Es decir, si en nuestro almuerzo la presencia de grasas es elevada, lo ideal es que en la cena no haya resto de ellas. Y lo mismo ocurre si optamos por otras combinaciones.
Aporte de líquidos
Beber muchos líquidos es importante para nuestra salud. Tres cuartas partes de nuestro organismo se componen de agua y esto significa que debemos estar constantemente reponiendo la pérdida que se produce en todas las funciones diarias de nuestro organismo.
Lo ideal es que este líquido sea agua, aunque también podemos hidratarnos tomando zumos naturales o bebidas preparadas que tengan minerales (sobre todo si practicamos deporte). Debemos tener mucho cuidado con los refrescos y con los zumos preparados que adquirimos en los comercios, pues por lo general contienen mucha azúcar y, por ende, muchas calorías.
La importancia de las proteínas
Las proteínas son nutrientes esenciales para las funciones básicas de nuestro cuerpo. Ayudan a la construcción y regeneración de nuestros tejidos muscular y al transporte de los alimentos por todo el organismo.
Los alimentos de los que podemos obtener proteínas son: la carne, el pescado y los frutos secos. En los dos primeros casos hay que destacar que no todas las variedades son igual de beneficiosas. Así, por ejemplo, las carnes blancas (pollo y pavo sobre todo) aportan menos calorías y son más saludables que las carnes rojas (ternera, venado…) Respecto al pescado hay que señalar que es preferible el consumo de pescado azul sobre el resto de las variedades.
Problemas de salud que indican una salud incorrecta
Una mala alimentación tiene un efecto directo en nuestra salud. Ante esta situación, nuestro cuerpo nos envía múltiples señales en los que podemos reconocer la importancia de una buena dieta para nuestra salud. Así, por ejemplo, encontramos los siguientes indicios:
- Cabello quebradizo y débil. Suele estar relacionado con una falta de hierro.
- Fallos en los riñones. Es muy probable que se deba a un exceso de lácteos en la dieta.
- Bolsas en los ojos y líneas pronunciadas en la frente. La pérdida de colágeno en esta zona suele estar relacionada con un exceso de azúcar en nuestra dieta. Estos síntomas también pueden estar relacionados con una ingesta elevada de alcohol.
Así pues, si observas manchas en la piel o cambios en su elasticidad, una caída inadecuada del cabello o síntomas similares, lo primero que deberías hacer es revisar tu dieta. Es posible que no estés haciendo algo de la manera correcta.